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El artista Argentino Julio Suarez Marzal (1906-1972) nació en Tapalque, Provincia de Buenos Aires. Su madre era francesa y su padre oriundo de la provincia de Galicia, España.
Comienza a pintar espontáneamente a los 15 años, luego se recibe como profesor de dibujo y comparte su taller con el artista Emilio Pettoruti.
Muralista, escultor, pintor, docente, critico de arte e incansable investigador, se radico en Mendoza en 1937, ocupando la dirección de la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo.
En su obra hay un predominio del paisaje, en el que avanza hacia una geometrizacion de acento post cubista, hasta lograr su expresión personal que no excluye lo figurativo.
Su serie pictórica “Canteras” fue destacada como lo más importante de la plástica en 1931; en 1943 Cordova Iturburu, en el diario “El Mundo” lo califica como “La revelación pictórica del país” y en 1947, “La Nación” lo ubica entre los valores universales del arte americano.
Es justamente por su trabajo “Canteras” que decidimos sumar a Julio Suarez Marzal a nuestro sitio Web. Quizás sea el único artista que vivió junto a Los Picapedreros de Tandil, plasmando en sus obras lo que veía día a día conviviendo junto a ellos. Permaneció en Tandil durante aproximadamente dos meses en la cantera de Cerro Leones en el año 1930.
De las dieciocho obras que forman parte de esta serie, solo pudimos hallar siete. Algunas en poder de museos y otras de particulares. De las siete que conocemos podemos decir que son fiel retrato de la actividad. Por supuesto no somos críticos de arte, pero basta con verlas para apreciar la excelente observación que hace el autor del paisaje y los canterista.
Seguiremos buscando las restantes. Quizá con suerte en algún momento podamos encontrarlas…
A continuación una imagen del Catálogo de la muestra que realizara el artista en la Galería Müller de Buenos Aires en el año 1930. Y el texto del mismo que hemos decidido transcribir para una mejor apreciación.
“Para los viejos, Van Dongen es un niño travieso y lo castigan. Para los jóvenes, es el poseedor en forma mayúscula de ese don de hacer de lo arbitrario y absurdo un algo ordenado y verdadero, y lo elogian. No hay que olvidar que sometiendo el Arte a las formas vulgares, se copia simplemente la realidad tal cual la ve la mayoría.”
Esto piensa otro joven que nos viene de lejos, desde la ciudad de la más famosa piedra movediza, origen de sabrosas leyendas. Y esta observación no significa que Suarez Marzal reniegue del pasado, como ninguno de los verdaderos modernos, ya que de allí viene el impulso que da forma a las nuevas creaciones. El, como tantos otros artistas de nuestra generación, ve con criterio razonado que la evolución nos lleva, insensible y lógicamente, a concebir una expresión donde nuestro sentido de la vida tenga su equivalencia.
Las tendencias modernas refuerzan día a día sus filas con nuevos adeptos. Y es natural que esto suceda, pues cada paso nuestro marca un enérgico compas de avance. Hoy por hoy, detenerse es peor que retroceder, pues el ritmo vital, cada vez más acelerado, marca kilómetros de ventaja por cada una de nuestras indecisiones y es posible que a la menor alternativa nos quedemos en medio del camino sin tan siquiera una posibilidad visual.
Julio Suarez Marzal es uno de los más esforzados artistas jóvenes comprovincianos. Pese a los meritos personales que le acreditan digno de todo estimulo, el nunca tuvo apoyo oficial en su ciudad de nacimiento, no obstante haberse invertido en ella, en un lapso de 15 años, mas de 45.000 pesos que han servido (como acontece a menudo entre nosotros), para favorecer a los extranjeros que practican el arte como comercio.
Actualmente, Suarez Marzal vive retirado en las canteras de “Cerro Leones” en donde continua empeñado en llevar al lienzo la belleza de aquellos lugares.
LA PLATA
EMILIO PETTORUTI
EL ARTISTA EN CERRO LEONES, TANDIL
Fuimos a visitarlo. Sabíamos de antemano que no iba a satisfacer nuestra curiosidad de cronistas. Lo encontramos en una modestísima habitación enclavada en el corazón de Cerro Leones, junto a inmensos bloques, erizados de puntas. Allí arriba el artista encontró los motivos para sus mejores cuadros.
Y tuvo colaboradores eficaces: los canteristas. Todos esos hombres se prestaron como si fueran uno solo a coadyuvar con el artista.
LEGGERINI, DECANO DE LOS CANTERISTA
El nombre de Leggerini es en Cerro Leones como el de Tuñin en Boca. Todos lo conocen, lo quieren, y respetan. Es el decano de los canteristas.
Leggerini, el hombre más bonachón de Cerro Leones, le poso al artista. Fue su mejor modelo. Y como Leggerini, posaron otros muchos. Por eso los cuadros pintados en el cerro por este artista tienen el sabor de la realidad.
ESTUDIO, DORMITORIO, ATENEO…
La pieza que Suarez Marzal tenía en Cerro leones distaba mucho de ser confortable. ¡Como que era de un maestro de escuela del lugar, tan bohemio como el propio artista!
En los rincones, al lado de manuales de escuela y de grandes obras serias, había adoquines, punzones, puntas, trozos de piedra azul, martelinas, marrones y muchas herramientas pertenecientes a los obreros “modelos” que, antes de ir a trabajar, pasaban a recogerlas.
En la pieza en cuestión, que era a la vez estudio, dormitorio y ateneo, se reunían los canteristas, y allí se discutían temas, en los que el arte y la filosofía no tenían ciertamente poco que hacer. Por las noches no faltaba la música. Un bandoneón y un violín amenizaban las veladas. Y es que los rudos canteristas tienen también su corazoncito. Se deleitaban al son de un fox-trot y un tango los emocionaba con sus notas quejumbrosas. Llevan tantos años en la Argentina, que se les ha infiltrado un poco la tristeza nuestra, la tristeza criolla de que tanto hablaron el conde Keyserling, Josefina Baker y Ortega y Gasset…
FILIBERTO, AUTOR PREDILECTO
Juan de Dios Filiberto es un gran amigo y admirador de Suarez Marzal, tan amigo que hace dos o tres años vino a Tandil, para posar ante nuestro artista.
Y Juan de Dios Filiberto, “el alma del tango argentino”, era el autor predilecto de las reuniones en el estudio de Suarez Marzal. Sus piezas se repetían a cada instante.
La tristeza de los tangos del autor de “Cuando llora milonga”, ponía un tinte de melodía en aquella bohardilla de bohemios.
EXPOSICION Y DESPEDIDA
Cuando Suarez Marzal termino de pintar el conjunto de telas de la vida del trabajo en las canteras, la expuso en el Salón obrero de Cerro Leones, antes de presentarlas en Buenos Aires, acontecimiento que despertó intenso interés en la población. Luego fue despedido con un almuerzo a la criolla ofrecido por los canteristas y demás vecinos del lugar.
UNA MAGNIFICA OBRA
Las telas que nos ocupan constituyen una gran obra de aliento. Son telas fuertes, en las que se entona un formidable himno al trabajo. Son telas en las que, en medio de su notable sencillez y naturalidad, se advierte una técnica vigorosa y recia.
Revelan a un pintor personal y, por añadidura, moderno. Y ya se ha dicho del artista local que es moderno. Pero entiéndase que “moderno no significa ir vestido o disfrazado a la última moda en el carnaval del arte, sino ser el último producto de las generaciones artísticas pasadas y el primeros de las futuras”
“TRIBUNA”, de Tandil, 1931
JUICIOS CRITICOS
De MANUEL ROJAS SILVEYRA
La exposición de ahora consiste en diez cuadros al oleo con figuras y paisajes pintados directamente en las canteras de Cerro Leones (Tandil), donde el artista paso gran parte del año anterior en un completo y provechoso aislamiento de pintor estudioso. En todos esos lienzos se ve el proceso de la observación y el trabajo asiduo del espíritu. Para pintarlos Suarez Marzal ha tenido que vencer dificultades de todo género, pues ni el carácter pétreo del paisaje, ni la tonalidad uniformemente azul de las canteras, ni la naturaleza misma de los asuntos que pueden presentarse allí a la curiosidad del artista son de aquellos que facilitan la ejecución del cuadro haciendo que los ojos lo pregusten en una tranquila asociación de elementos decorativos. Son motivos ingratos y difíciles los que nos presenta Suarez Marzal en la mayoría de sus lienzos, y aunque la pintura ha dejado ya de ser una mera transcripción de motivos agradables para convertirse en un problema plástico que el buen pintor resuelve ajeno a toda preocupación subsidiaria, no puede menos que señalarse aquí la excelente comprensión de los motivos, tomándolos en su múltiple significado de paisajes, escenas y figuras característicos.
Cuadros como “Cortando piedra”, “Plena actividad”, “Regreso” y “Cuesta arriba”, demuestran, en efecto, que Suarez Marzal tiene posibilidades materiales de primer orden para captar lo esencial del asunto y componerlo en el lienzo con intrépido instinto de la realidad anecdótica.
Eso que expone Suarez Marzal no puede pintarse sino asistido por un ánimo entero y una firme voluntad de realizar obra de aliento. Donde otros no tan perseverantes habrían fracasado el ha conseguido su propósito: documentar el trabajo en las canteras de Tandil. Paralelamente da satisfacción a sus inquietudes de pintor librándose, como ya se ha dicho, a un intenso trabajo de observación y análisis.
La renovación de los valores plástico no lo toma indiferente. Como todos los pintores jóvenes identificados con el espíritu del tiempo, Suarez Marzal busca en su pintura esas dos cualidades que fueron y son siempre inherentes a la realidad misma del arte: depuración y síntesis.
“LA PRENSA”, de Buenos Aires
De JOSE LEON PAGANO
Julio Suarez Marzal reúne en la Galería Müller algunos oleos suyos, no muchos: diez. Los ha pintado en las canteras, en Cerro Leones, Tandil. Los ha pintado con mano pronta, a pincelada suelta, ancha, descriptiva.
…Suarez Marzal es joven. Se formo en Buenos Aires. Frente a los modos académicos y ante las inquietudes de avanzada opto por un estado neutral. En esta postura media cultiva el “plein air” y lucha con el afán por conquistarse a si mismo. Estamos, conforme se ve, en presencia de un hombre de voluntad, sostenido por una vocación probada. No son estas las únicas condiciones positivas de su fresca juventud. Su espíritu ilumina otras facetas. El pintor, tiene una clara visión del cuadro. Lo evidencia cuando compone y cuando “corta” el motivo del natural, aislándole en la parte preferida. Ve el color y lo percibe a ratos con fineza no escasa.
… Tanto como al contenido de sus cuadros atiende Suarez Marzal a la bravura técnica. Al proyectarse en los elementos figurativos de la obra se mira pintar y con atención alerta cuida que ese pintar responda a un virtuosismo de manifiesta agilidad manual.
… “Camino a la cantera” y “La población”. El primero es un paisaje sólidamente construido. El terreno, la vegetación, el cielo y también la sierra, allí en lo alto del cuadro, están “vistos” y penetrados con evidente emoción. Es acaso la obra de ambiente más sutil y aéreo.
No menos viste es “La población”, de tonos cálidos. Hay vigor y hay justeza, esto es “calidad”.
“LA NACION”, de Buenos Aires.
De RICARDO GUTIERREZ
Suarez Marzal estudio sus cerros en su trágica inmovilidad y en sus coloraciones vivas, cuando la vegetación alegra su aridez o en tonos finos y grises cuando los desnuda el cartucho de dinamita; y ha deseado oponer a ese quietismo solemne, el ajetreo de los hombres que pican con sus martillos las entrañas del monstro.
Suarez marzal, sigue los cortes recios en la rara seguridad del golpe brusco de la espátula; es colorista de visión limpia y tranquila; acuerda con serenidad sus cielos que marcan un dominio de luz sobre el paisaje.
“LA RAZON”, de Buenos Aires
De ECTOR EANDI
Durante muchos meses, el artista vivió en la cantera, estudiando el paisaje, penetrándose del ambiente, conociendo a la gente que allí trabaja y vive. Esa compenetración del artista con las cosas y los seres motivo de su trabajo, queda patentizada en la obra del pintor. Todos los cuadros expuestos evidencian en su autor una larga convivencia con lo que constituye el motivo de sus telas, un conocimiento, ahondado en cariño, del ambiente, de la luz, de la atmosfera de sus paisajes.
Con el valor y la resolución que solo tienen los que han de llegar lejos, y con un completo conocimiento de su oficio, este joven artista ha acometido una obra de gran aliento, digna de un pintor dueño de todos los recursos de su arte. Nada mejor puede decirse en su elogio sino que ha tenido un completo éxito.
Realizados alrededor de un motivo central, - la cantera – en el que concurren el paisaje montañés, la severa y a veces adusta arquitectura de la piedra desgarrada por la dinamita, y la labor dura del hombre, los cuadros de Suarez Marzal tienen una unidad de contenido y de valor artístico que hace de ellos uno de los conjuntos más interesantes que se hayan expuesto en Buenos Aires en los últimos años. El nombre de su autor debe ser retenido, pues sobre el tendrá que volver muchas veces la crítica.
“EL DIARIO”, de Buenos Aires
De JULIAN DE LA CAL
Los salones de Müller han iniciado la temporada de Exposiciones pictóricas. Este año comienza con una novedad importante. Julio Suarez Marzal, convierte en paisaje de granito las explotaciones de piedra en Cerro Leones (Tandil). Los cuadros grises compuestos con amontonamientos, cortes y capas de piedra, producen una erosión estética, recia y abrupta. El material comunica su vigor al color. Los trabajadores, agrupados o sueltos, junto a sus herramientas fuertes y toscas, son esbozos hercúleos, para quienes se tiene la admiración que produce la “dura ley del trabajo”. Culmina el heroísmo del esfuerzo fecundo y honroso del valor muscular más fuerte que las piedras.
…Son composiciones sinceramente naturales, piedras cortadas, piedras unidas al corte de las canteras, o piedras sueltas, erguidas, inclinadas o caídas a medio hundir en la tierra.
…Presenta un nuevo asunto que aborda valientemente. En lugar del paisaje suave, sensual, ideológico, para deleite de la vida, nos ofrece una pintura documental, que descubre otro deleite más profundo, al describir la riqueza olvidada de la piedra, cuyo poder de arte no será desalojado por el cemento arbitrario y avasallador de las construcciones modernas, mas rápidas, pero menos estéticas y que desde luego nunca conseguirán la longevidad, por ejemplo, de las esfinges.
…Ha demostrado, además, Suarez Marzal, que el formidable trabajo desarrollado en las canteras de Tandil es un motivo variado de emociones estéticas y de composiciones proporcionadas a la visión de un artista austero, para quien la dificultad es un aliciente.
“EL DIARIO ESPAÑOL”, de Buenos Aires.
De JUAN FRANZE
Suarez Marzal es un pintor que hasta ahora no conocíamos y que inspirado, encontró motivos en las canteras de Tandil demostrando en ellos poseer un robusto talento plástico.
…Es interesante la vida colorida de sus cuadros, pero lo que más llama la atención es la seguridad con que traduce, en uno de sus motivos por ejemplo, la roca desgarrada y esa figura sobresaliente del obrero con martillo y punzón.
Pinta en él a un hombre en movimiento rítmico, subrayando el vigor del brazo fuerte en una ejemplar demostración del dominio absoluto para reproducir la estructura de los cuerpos, que ha logrado armonizar bien con las demás figuras y con la variada cantidad de otros elementos que componen este cuadro.
Con la misma seguridad aparece el obrero empujando la zorra.
Marzal parte del estudio del cuerpo, sus figuras parecen modelos desnudos metidos en ropa.
…Entre el abundante número de cosas que forman sus motivos y dentro de esa unidad armónica colorida, las figuras se destacan en movimiento vigoroso y elástico.
Esta es la obra de Suarez Marzal, del hasta ahora desconocido para nosotros, en quien vemos un talento positivo.
“DEUTSCHE LA PLATA ZEITUNG”, de Buenos Aires (Traducido del Alemán)
De MARCOS FINGERIT
El 13 del corriente abriremos en nuestro tercer piso una nueva exposición, prosiguiendo así el plan de acción cultural que nos hemos trazado para este año. Prestaremos a La Plata un conjunto de obras de un pintor joven del interior de la Provincia: Julio Suarez Marzal, que vive en Tandil.
Las 20 telas que integraran la muestra permitirán la apreciación cabal del arte de Suarez Marzal, plástico que gusta de realizar los temas con sentido arquitectónico, a la manera de trazas para desarrollos murales. Hay en el un vivo gusto por el estudio de las masas en grandes planos dentro de líneas recias y un colorido sintético de entonación mas bien brillante.
Encariñado con la naturaleza que circunda su ciudad, Suarez Marzal ha extraído de ella múltiples asuntos, estudiándolos con cariño y una profunda compenetración con el paisaje y las cosas ubicadas en el, captando el ambiente libre con acierto e impregnando de movimiento los grupos humanos. El visitante, pues, se encontrara ante un artista que, a pesar de su juventud, tiene la experiencia técnica y la valentía de conciencia necesarias para abordar la tela de grandes dimensiones sin caer en la mera anécdota, muy por el contrario, redimiendo lo que de anécdota tienen los temas que escoge, con un interesante examen de valores sólidos y coloristicos.
“EL ARGENTINO”, de La Plata
De JULIO DIAZ USANDIVARAS
En el conjunto de los cuadros que sobre el particular motivo ha pintado Suarez Marzal, se traduce la ruda labor bárbara de herrería de aquellos lugares. Escenas casi infernales, donde el ruido del hierro y la piedra, llena el ambiente en la cotidiana batalla del trabajo. Cuadros bien tomados, bien concebidos y ejecutados, dan una idea más o menos exacta de la realidad que el pintor nos ha querido mostrar.
“NATIVA”, de Buenos Aires
De JOSE M. PULPEIRO
Condición muy estimable en la totalidad de la muestra de Suarez Marzal es su dominio del color y en especial sus grises. A nuestro parecer, su más acabada pieza es “Cuesta Arriba”, donde se armonizan perfectamente el color con la vigorosidad del tema y la atrevida y segura técnica que campa en toda la labor de Suarez Marzal por nosotros conocida, que es la que se exhibe en la Galería Müller. Exposición interesante por si, y mucho más aun por lo que promete, de no malograrse este artista que con tanto acierto ha tratado temas difíciles en verdad y de gran simpatía.
“LA VANGUARDIA”, de Buenos Aires.
De VICTOR NIGOUL
Suarez Marzal representa el artista intuitivo, impulsado por un marcado instinto de belleza dentro de la admirable espontaneidad de su obra. Por qué debo explicarme: este pintor no ha tenido maestros definitivos que encauzaran su arte en limites exactos, ni influencias de colorido que no surgieran de su observación personal: Suarez Marzal juvenil expresión del arte del color y de la fuerza, es un trabajador honesto y firme que finca en su estudio constante su mejor esperanza de perfección.
“EL DIA”, de La Plata.
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