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  ENTREVISTA AL ESCRITOR HUGO NARIO
   
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Como ya comente en el home de este sitio, gracias al libro del escritor Hugo Nario, “Los Picapedreros” , conocí el mundo del que había sido parte mi abuelo. Sin lugar a dudas es el mejor y más completo trabajo que se ha editado hasta el momento sobre la historia de los trabajadores de las canteras de Tandil.

Hugo Nario, Periodista, historiador, docente, es desde la aparición en 1976 de "Tata Dios", el primero de sus libros, una figura de referencia en la cultura tandilense. En la década del ´80 incursionó en la gestión pública. Fue Director de Cultura de la Municipalidad de Tandil y, posteriormente, responsable del área de Relaciones Institucionales de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

Además de tener una activa participación en la Biblioteca "Bernardino Rivadavia", a la que dirigió, es docente en el Instituto del Profesorado de Arte de Tandil.

El lunes 15 de octubre de 2007 nos recibió en el hotel plaza de la ciudad de Tandil, donde le hicimos la siguiente entrevista.

Usted nació en Tandil? En el año?

No. Nací en las flores, pero como yo digo, por un accidente ferroviario. Papa era tandilero mama era tandilera. Papa ingresa en el ferrocarril, aprueba los exámenes, he ingresa como aspirante a foguista y maquinista. En 1925 lo trasladan a Las Flores ya iniciada lo que ellos llamaban su carrera de maquinista. En el 27 viene a Tandil, se casa con mama, vuelven a Las Flores y en el año 29 nazco yo. Pero siempre ellos con el deseo de volver a su pago donde tenían todas las familias. En el 40 papa consigue el traslado a Tandil. Desde entonces yo vivo en Tandil.

Conocía, visitaba, veníamos con alguna frecuencia aquí. Mis bisabuelos maternos, vascos franceses ya vivían en Tandil en 1880 aproximadamente. Pero yo desde 1940 con las salidas que hacia con papa, sobre todo en el verano hasta que empezaron las clases, en bicicleta. Mi papa me iba marcando los lugares que habían sido los de su infancia y su juventud. De modo que yo a través de el ya incorpore como 20 años mas de historia, mas la que me toco vivir.

Cuando veníamos a Tandil, veníamos en tren, y el que manejaba era papa. Bajábamos con mama del vagón cargando las valijitas, ella me llevaba a la locomotora me alzaba, y papa me subía y me dejaba tocar el silbato del tren. En la estación nos estaba esperando mi abuelo, el papa de papa, que había sido cochero durante toda su vida, pero ya estaba retirado cuando nosotros veníamos. El preparaba el coche, le ataba los dos caballos y se iba a buscarnos a la estación que quedaba a cuatro cuadras. Le llevaba dos horas para diez minutos, pero era la alegría de ponerme entre sus piernas y darme las riendas. Eso me impresiono tanto que cada ves que siento el olor al sudor del caballo mezclado con el cuero de las riendas y el olor al heno, al pasto seco, y a la bosta del caballo, para mi es resucitar.

Estudio en Tandil?

Fuera de los tres primeros grados, cuando volvemos a Tandil en el año 40 ingreso en 3er grado y termino la primaria, luego hago el curso de maestro en la escuela normal de donde egreso en el año 1948.

Se caso en Tandil?

Mi señora es hija del profesor Juan Manuel Calvo, que es mi director del diario El Eco de Tandil cuando yo ingreso. Pero su llegada a Tandil en 1913 fue como director de la escuela de Cerro Leones, de modo que el tema de Los Picapedreros me ha cercado permanentemente y una de las historia intimas mas domestica, la tengo por mi suegra, por el , por los tíos. Por eso yo creo que nací con el proyecto de escribir el libro sobre Los Picapedreros , pero no me di cuenta hasta 1960. Además papa me contaba episodios, de la vida en las canteras y su relación, por que el estaba afectado al servicio de transporte de piedra a las canteras locales. Cuando yo empecé a tratar a las viejas familias picapedreras, ya papa había muerto, ellas lo recordaban. Recordaban no solamente eso sino que cuando papa hacia el servicio de canteras estaba muy fea la situación de Los Picapedreros. El resto de los trabajos, digamos la situación laboral iba mejorando, pero las canteras estaban totalmente paralizadas, tenían muy poco trabajo. Entre otras cosas sabia papa que pasaban fríos locos, salían a buscar bosta de vaca para quemar. Entonces papa ponía unas filas de piedra de carbón en el tren tocaba el pito avisándoles que pasaba y sin que nadie lo viera iba tirando al terraplén la piedra de carbón y ellos salían a buscarla. Después se traducía eso en unos pollos, en un pavo y además el cariño que le tuvieron, que me lo han contado en más de una oportunidad.

Cuando comenzó a escribir ? Que libros escribió?

Creo que comencé a escribir desde que aprendí. No obstante era bastante crudo yo para las redacciones. Las primeras composiciones mes las hacia papa, hasta que asumí la vergüenza de que no podía ser, y ya durante el secundario, la profesora de castellano me había echado medio el ojo y me exigía bastante. La circunstancia después de entrar en el diario El Eco, hizo de escribir una profesión, no creación literaria, ni investigación histórica, aunque muchas veces me toco temas que rozaban el pasado Tandilense.

Mis libros son: “Tata Dios”, “Bepo, Vida secreta de un linyera”, “Los crímenes del Tandil”, “Mesías y Bandoleros pampeanos”, “Tandil Historia abierta”, ” Los Picapedreros ”, la novela “Los Cipreses”, ”Bariffi”, que es donde comienzo a rescatar, la parte de historia de la metalurgia, un tema sobre el que siempre preferí transferírselo a los jóvenes investigadores locales, que nunca lo agarraron. Un tema en el que riesgosamente se pueden quedar sin testigos. La fundición de hierro fundamentalmente y las especialidades que lo rodean.

Como surgió la idea de contar la historia de Los Picapedreros ?

Tandil tiene 2 temas mayores, los dos me mordían los talones. Uno es el primero de mis libros, “Tata Dios”. Esa masacre de 47 extranjeros, degollados, asesinados y todo el mundo que se genera, más todo el ámbito, el aliento secreto que lleva hasta mis días, cuando la gente todavía bajaba las vos para hablar de ciertas cosas, realmente fue muy fuerte. Pero estaba el otro tema, el de Los Picapedreros que demoro diez años en salir. Yo, en cuanto edito “Tata Dios”, empiezo a trabajar en Los Picapedreros . Pero que paso?, Uno de mis informantes era Bepo, José Américo Ghezzi, que había sido 25 años linyera. Y vi que ese era otro mundo que no tenia cronistas entonces estuvimos trabajando como seis meses y levantamos la mayor parte de la información de libro. El y su amigo Filiberto Satti, que me lo había presentado, eran los introductores, es decir, ellos me llevaban a las casas de los viejos pobladores y vencían la resistencia natural por que los conocían. Incluso a veces eran ellos los que me iban haciendo todas las preguntas y de esta manera surgió la posibilidad de reconstruir todo el mundo íntimo, no solamente familiar, sino el de la empresa. Y bueno llego un momento en que dije basta , no puedo esperar mas , ya habían aparecido otros dos libros mientras los apuntes de Los Picapedreros estaban esperando así que me largue y lo hice.

Cuanto tiempo de investigación demando el libro? A cuantos picapedreros entrevisto?

Las entrevistas son setenta. Como seis meses trabajando en los archivos de AOMA, el viejo sindicato de la Unión Obrera de Las Canteras, que habían guardado desde el primer libro de actas y además de los libros de actas, los libros de caja. Cuando había huelgas los llevaban presos y no tenían tiempo de redactar el acta por eso muchas huelgas las descubrí en los libros de caja. En los libros de caja estaba asentada la salida para ayudar a los compañeros fulano, sultano y perengano, pagarle al carrero tal, para que lleve los colchones a la comisaría para que los presos duerman con colchón. En la contabilidad estaba mas explicito que en las actas que a veces no tenían tiempo para contarlo.

Que entrevista recuerda mas?






Bepo y Hugo Nario
(Imagen de la película “Que vivan los crotos”)

Mira, una de ellas estuvo encerrada en un montón de circunstancias muy especiales. Fines de agostos de 1976, la gente ya muy recelosa con el tema de que te vinieran a entrevistar. Vamos a ver, con Bepo y otro amigo que nos acompañaba, a una familia a la que sabíamos que podían darnos datos. Que habían sido militantes anarquistas combativos. Cuando llegamos era virtualmente como si hubiera llegado la policía, no soltaban prenda. No había caso. La mujer nos miraba con el mate en la mano desde el rincón de la cocina, el marido contestaba con monosílabos, un hijo que era medio atontado, estaba agarrado del dintel de la puerta y no había caso. Yo preguntaba y eran monosílabos nomás las respuestas. Y Bepo en una de esas, que tenia una gran cintura de conversador, le dice: “ Usted trabajo en Martinchico?” “Si”, le dice el hombre. (Martinchico es una población canterista del departamento de Colonia, en Uruguay) “Yo tuve una amigo, un uruguayo que vino a visitarme, era compañero” (anarquista) Y el otro seguía, casi no nos miraba, la mujer vigilaba y el hijo loco sostenía el dintel. Y Bepo dice: “Quinati” De pronto el hombre cambia y le dice : “Quinati !!! ¿Usted lo conoció a Quinati?” ” Claro que si!!” le dice Bepo, “Salimos a crotear juntos por que el vino a conocerme” Y el hombre le dice: “Fuimos como hermanos” Y se abrió como una flor, nos contó todo y se transformo eso en una gran fiesta. Y Bepo cuenta en ese momento la salida que hace con ese Quinati como crotos. Quinati quería conocer el mundo de los crotos, entonces muy bien, salieron los dos un dia, se treparon en un tren de carga y se fueron y dieron una vuelta larga, llegaron hasta Río negro, después volvieron. Y a mi lo que me fascino fue lo que estaba contando como croto, me quede muy impresionado. Eso era un sábado. El jueves yo viajo a Buenos Aires y en esos operativos raros del tiempo del proceso, me chupa una fuerza de seguridad y me mandan al calabozo, Dios sabrá por cuanto tiempo, yo empecé a organizar mi cerebro. Asi como primera medida pude lograr borrar a mi familia, es decir no pensar en lo que les podría estar pasando a ellos en ese momento. Yo detenido y por ejemplo que estuvieran allanando en casa. No sucedió. Y la otra cosa, entre los temas y los cálculos mentales que hacia para que no se me durmiera el cerebro y las caminatas de trescientos pasos en el calabozo de tres metros. Reconstruí aquella entrevista y dije no puedo perder este tema, Los Picapedreros pueden esperar pero Bepo no puede esperar. Cuando recupere la libertad, a los cinco días, era un perejil no servia para nada, como revolucionario no servia, le plantee a Bepo si le gustaría contarme su historia. “Sii me dijo” Y empezamos a trabajar sobre eso y otra vez Los Picapedreros se quedaron. Así que rescate todo eso, nos llevo virtualmente un año de conversaciones, para la redacción básica y después como no conseguíamos editor por que el libro hablaba de anarquistas, de huelgas, malas palabras y esas cosas, ningún editor se animo hacerlo y esta fue la ultima vez que abandone. Ahh no después tuve que editar “Tandil historia abierta” por que había dictado un curso sobre historia de Tandil, los alumnos habían levantado los apuntes, me dieron la copia entonces lo complete, los redondee y salio. Pero ya Los Picapedreros estaban en la lista de espera.

Cuantos ejemplares se vendieron? Se podría volver a editar?

Hubo dos ediciones. La primera mil quinientos y la segunda de unos quinientos. Después lo que paso es que me agarraron los golpes inflacionarios y entonces lo que podría haber servido para una tercera edición se lo llevo un asado celebratorio con amigos.

Podría haber un libro Los Picapedreros II?

No Los Picapedreros II no. Yo agote todas las fuentes de información a mi alcance y desde su aparición en el 94 hasta ahora, muchos de los sobrevivientes que entreviste ya se murieron. Y creo que por el lado de los papeles, no quedo papel sin ver. AOMA han sido muy celosos custodios de ese material, lo siguen cuidando, se trasmiten unos a otros como si fuese la más importante de las herencias. Eso por un lado. En periodismo recorrí todo lo que era posible, viaje a Montevideo donde estaba la biblioteca de la universidad, encontré la colección de El Picapedrero sudamericano, que tenia muchas noticias de Tandil, algunas muy bien tratadas con mucha atencion, recorrí La Protesta , el periódico de los anarquista, puede ser que se pueda buscar alguna otra publicación pero no mucho mas.

Se explotaba a los trabajadores de las canteras? Es verdad que no se los dejaba salir sin la autorización del patrón?

Eso tuvo vigencia solamente hasta 1909. La victoria de lo que se llamo la huelga grande, rompió con todas esas limitaciones y todo el poder adquisitivo de esa población, que pudo haber andado en los tiempos florecientes hasta los dos mil trabajadores, se volcó a la economía tandilense. De modo que después de 1909 tuvieron libre salida y entrada. Además entraban también los proveedores a las canteras. Lo que sucedía es que en muchos casos, el patrón de la cantera montaba un almacén una proveeduría. Entonces ahí mismo con las plecas que tenían de su propia remuneración lo que para los patrones era un negocio redondo. Lo que no eran tan negocio era la explotación de las canteras. Es decir que hasta 1909 sin tener en cuenta ningún derecho de los trabajadores, trabajaban de sol a sol o de estrella a estrella. Ellos dicen que no se mataban trabajando cuentan los de aquel tiempo y que había una relación casi paternalista entre el patrón y los obreros. Las cosas después se ponen mucho más feas cuando las empresas se arruinan y sobre todo cuando llega la crisis del treinta. En la crisis del treinta un arrogante sindicato pacta cualquier precio con tal de conseguir plata prestada para comprar un cajón de pólvora y hacer los pinchotes. Ahí se produce una verdadera degradación diría yo, de aquel fantástico espíritu sindical que se transformo en una escuela de sindicalistas. Eran muy aguerridos. De cualquier modo tampoco fue la violencia como generaba en el imaginario popular. Lo he hablado con policías, que habían ejercido su profesión, mas o menos por el año veinte pico y dice que el 1 de mayo y el 6 de octubre que era el aniversario del sindicato, se concentraban todos en un paraje que esta aquí hacia el noroeste de la ciudad y tomaban por la calle Rodríguez, la calle que iba al centro de la plaza, marchando con sus botines claveteados de tachuelas y pisando, marchando por el medio con la banda, con el porta estandarte, que era un tipo de dos metros ocho, cuando murió le tuvieron que hacer un cajón a medida. Marchaban golpeando los mismos adoquines que ellos habían tallado, dicen que era un ruido de un ejercito que había que afirmarse arriba del caballo para no salir disparando. No hubo incidencias. Esta narrado en el libro cuando un bravo comisario, el comisario Ramos, va para un acto que se hace, creo que para el 1 de mayo y el se va con un carro descapotado con policía adentro armada, el caso de los cinturones de dinamita del yugoslavo.


Muchas gracias Hugo por su tiempo y su amabilidad !!

Bepo, Jose Americo Ghezzi


Bepo Ghezzi (Imagenes de la película “Que vivan los crotos”)

Fue picapedrero en Tandil. En 1930 sin trabajo se hace linyera y abandona la ciudad. Durante veinticinco años camina sin otro rumbo que el trazado por las vías del ferrocarril, sumándose al silencioso mundo de los crotos. Regresa a Tandil recién en 1955.

Hugo Nario escribió el libro : “Bepo, Vida secreta de un linyera” donde relata sus vivencias y mas tarde la directora y productora Ana Poliak la película “Que vivan los crotos”.

 

 

 

 

 
 
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